Shikantaza   (只管打坐)

Nuestra práctica de zazen es shikantaza, que literalmente significa “solo sentarse”, sin esperar nada a cambio. En la práctica es entregarse completamente a zazen y no hacer nada diferente de sentarse con la carne y los huesos en un compromiso total con la postura.

Zazén, es la actualización de la mente de buda; es despertar a la realidad de la vida presente en toda su dimensión. Sentados sobre un cojín, con las piernas cruzadas, la espalda recta, manteniendo una respiración abdominal apacible. Sin atrapar ni rechazar nada de lo que aparece en nuestra mente, sin juzgar lo que sucede nos sumergimos en la totalidad de la vida que se manifiesta en el momento. Al renunciar a reaccionar de la manera habitual como generalmente lo hacemos, podemos evitar fraccionar la experiencia y ver la vida tal como es.

Zazen no es un ejercicio de concentración ni una técnica para alcanzar el despertar. Zazen es el despertar. La práctica y el despertar no pueden estar separados el uno del otro: sin despertar no hay práctica, sin práctica el despertar no se manifiesta. Zazen despierta a zazen.

En la práctica pura de shikantaza no hay apoyos o ayudas: no nos concentramos en la respiración, no contamos, no meditamos sobre algo, no observamos nuestros pensamientos – simplemente nos sentamos y practicamos con todo nuestro ser – sin agregar nada. Se trata de un cambio profundo en la voluntad; significa aprender a aceptar las cosas tal como son y no desear otra cosa. Al evitar reaccionar a los estímulos desde la mente dualista habitual, expresamos la totalidad de nuestro ser en unión con todo.

Nuestra práctica de zazen (shikantaza) consta de 4 puntos esenciales

1. Postura erguida, inmóvil.

2. Respiración abdominal apacible.

3. Mantener los ojos semiabiertos, con una inclinación de 45º.

4. Soltar todo lo que aparece en la mente.

 

Durante zazen abandonamos nuestras opiniones y nuestros puntos de vista personales.

Como una montaña frente a la que pasan las nubes, dejamos que los pensamientos vengan y vayan sin tratar de atraparlos ni de rechazarlos.

«El zazen del que hablo no es una técnica de meditación. Es la puerta dhármica de  paz y felicidad, la práctica-realización del perfecto e insuperable despertar. Zazen es la manifestación de la realidad última. Las trampas y las redes del intelecto no lo pueden atrapar. Una vez hayas conocido su esencia serás como el tigre cuando entra en la montaña o el dragón cuando se sumerge en el océano.»

del Fukanzazengi, Eihei Dogen Zenji (1200-1253)